NAVIDAD Y SAN ESTEBAN ¿QUÉ RELACIÓN EXISTE?
- Alberto Martín Ventura G.
- 26 dic 2019
- 4 Min. de lectura
- Entre la fiesta de Navidad y la del Protomártir existe una profunda conexión en el orden de la santidad y la gracia. Cristo, Rey de la historia y Redentor del hombre, se sitúa en el centro de ese camino hacia la perfección, a la que llama a todo hombre. –

Por: Alberto Martín Ventura Grajeda. Map.
Génesis.
Cada año celebramos el nacimiento del Verbo, (cfr, Jn 1,14) de Jesus naciendo de una joven Virgen llamada María, (cfr, Lc 1,27) en pueblito llamado de Belén de Judá. (cfr. Mt 2,1) Este suceso cambio el rumbo de la historia, tal fue el impacto de Jesucristo después de nacer, que partió en dos el tiempo, A.C. y D.C., y siglos después en varias partes del mundo el pueblo cristiano, continúa festejando y celebrando aquel extraordinario evento al cual llamamos navidad=natividad, nacimiento.
México.
Sin lugar a dudas para el pueblo cristiano católico, del mundo entero y en especial de América latina, el mes de diciembre es uno de los más bellos, por ejemplo; en México celebramos el docenario dedicado a Santa Maria de Guadalupe, 12 días de celebraciones Eucarísticas, y rosarios, continuamos con posadas, fiestas populares donde recordamos la noche que les negaron posada a la sagrada familia, hasta llegar al culmen de nuestras festividades, que es la navidad, el nacimiento de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Nochebuena.
25 de diciembre después de participar en la Eucaristía, por lo general se prepara alguna cena para convivir con nuestros seres queridos, familia y amigos, y por qué no nuestros vecinos o compañeros de oficina, es un hecho que este día, es un tiempo de fiesta, en algunos países, se intercambiaban algunos presentes, y también se obsequian regalos entre la familia, en un ambiente de amor, cariño, fraternidad y júbilo, y algunos podrán preguntarse ¿Cómo es posible que después de este día tan hermoso lleno de amor y esperanza la iglesia celebra al día siguiente el martirio de San Esteban?
San Fulgencio.
San Fulgencio nos comenta la relación entre Navidad y San Esteban diciendo: “Ayer celebramos el nacimiento de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el triunfal martirio de su soldado. Ayer nuestro Rey, (revestido con el manto de la carne) saliendo del seno virginal, se ha dignado visitar el mundo: hoy el soldado, saliendo del tabernáculo de su cuerpo, ha emigrado al cielo”.
“Mártir no se nace” sino que “es una gracia que el Señor concede, y que concierne en cierto modo a todos los bautizados”. (Papa Francisco)
Protomártir.
San Esteban ha sido el primero en seguirle al Señor por ese camino de santidad. Fue su testigo - a través de su palabra valiente, su servicio desinteresado a los pobres (como diácono), su constancia durante el proceso y, sobre todo, por su muerte heroica. Su figura se agranda y se ilumina a la luz de su Señor y Maestro. Sólo el Señor Jesús da la ayuda y el consuelo necesarios a las almas para ser fieles hasta la muerte.
Creo que de esto podemos sacar una preciosa lección para todos nosotros: al mirar a San Esteban en la perspectiva de la Navidad, debemos recoger su ejemplo y su enseñanza, que claramente nos conducen hacia Cristo. Porque el Niño nacido en la gruta de Belén, se encamina ya hacia el monte Calvario donde entregará la vida como su discípulo Esteban.
Desde los inicios de la vida de la Iglesia, los cristianos, persuadidos por las palabras de Cristo, que nos recuerda que ‘si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo’ hemos tenido siempre la convicción de que la sangre de los mártires es semilla de cristianos”. (Papa Francisco)
Conclusión.
Nuestra santa madre la iglesia católica, nos recuerda la relación entre la vida y la muerte, entre estar presente o ausente. El día de hoy 26 de diciembre conmemoramos la fiesta del santo patrón de los escultores de piedra, San Esteban, y el día de ayer estábamos de fiesta por el nacimiento de nuestro Salvador y Redentor, Jesús de Nazaret. Meditemos pues nuestra fe, nuestra vida, y nuestro compromiso como bautizados miembros de la iglesia, y valoremos el gran regalo que viene de lo alto día a día que es la vida, y a imagen de San Esteban cuando llegue el momento podamos dar fe, y testimonio de lo que creemos sin temor alguno como aquel último discurso guiado por El Espíritu Santo.
Palabra de Dios.
«Hermanos y padres, escuchen: El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham, cuando aún estaba en la Mesopotamia, antes de establecerse en Jarán, y le dijo: «Abandona tu tierra natal y la casa de tu padre y ve al país que yo te indicaré».(…) ¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo y son iguales a sus padres. ¿Hubo algún profeta a quien ellos no persiguieran? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo, el mismo que acaba de ser traicionado y asesinado por ustedes, los que recibieron la Ley por intermedio de los ángeles y no la cumplieron». (Hc 7 1-53)
«Señor Jesús, recibe mi espíritu». Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Y al decir esto, expiró. (Hc 7,59-60)
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