Mis 3 recomendaciones ante el panorama actual del (COVID-19)

Por: Alberto Martín Ventura Grajeda.

>>No temas a este virus, a quien debemos de temer es al deseo de pecar<<

1. 1. Vivir en gracia de Dios.

Este asunto de las enfermedades no es nada nuevo, recuerdo a Don Bosco visitando enfermos, junto a sus chicos, (Con el riesgo de ser contagiados y morir) ¿Y que hicieron? todos sin excepción se confesaron, hicieron hora santa y comulgaron, y todos regresaron sanos, ni uno solo solo se infecto, Me pregunto, ¿Hoy en dia tenemos miedo a morir? ¿Por qué, acaso estamos viviendo en pecado mortal?

Este tipo de virus nos debería ayudar a profundizar un poco más nuestra manera de vivir, y a reflexionar sobre nuestra comunión con Dios y con Iglesia, (cfr. Mt 16,18)

Reflexionemos el Santo Evangelio que nos recuerda lo importante que es meditar sobre la vida eterna y no afanarnos en lo terrenal.

No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. (Mt 10,28)

Sigue todas las recomendaciones médicas y civiles, pero sobre todo sigue las recomendaciones que Dios nos da para llevar una auténtica vida Cristiana, y asi poder gozar algun dia de la herencia eterna.

1. 2. No caer en psicosis.

No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción. (Mt 6,34)

Es normal ante este tipo de noticias, que existan personas que busquen generar caos o crear aún más temor o neurosis en algunas personas, mas aun de la existente.

Lo mejor es guardar la calma y esperar noticias o hechos realmente objetivos y escritos por medios confiables.

Cada vez que me encuentro en momentos de desesperación o angustia viene a mi mente un bellísimo poema/oración de la pluma de la gran mística española Santa Teresa de Ávila, quien es una de las mejores maestras de la vida espiritual de la Iglesia. Es considerada la primera gran escritora en la lengua castellana, y sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección.

Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda, La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta. Eleva el pensamiento, al cielo sube, por nada te acongojes, Nada te turbe. A Jesucristo sigue con pecho grande, y, venga lo que venga, Nada te espante. ¿Ves la gloria del mundo? Es gloria vana; nada tiene de estable, Todo se pasa. Aspira a lo celeste, que siempre dura; fiel y rico en promesas, Dios no se muda. Ámala cual merece Bondad inmensa; pero no hay amor fino Sin la paciencia. Confianza y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera Todo lo alcanza. Del infierno acosado aunque se viere, burlará sus furores Quien a Dios tiene. Vénganle desamparos, cruces, desgracias; siendo Dios su tesoro, Nada le falta. Id, pues, bienes del mundo; id, dichas vanas, aunque todo lo pierda, Sólo Dios basta.

1. 3. Recordar que Jesucristo es EL Señor.

Recordemos que Jesucristo a vencido a la muerte, (cfr. I Cor 15,4) venció toda clase de maldad, (cfr. Jn 16,33) enfermedades, (cfr. Is 53,4) sometió a los demonios (cfr. Lc 11,14) y al mismo satanás, (cfr. Mt 4, 1-11)

Siendo así nuestro Señor Rey del universo, y creador de todo, ¿Deberíamos temer a este nuevo virus? Creo que no, pidamos más bien a Dios un corazón limpio y libre del deseo de pecar dia con dia.

Luchemos por estar en gracia para que el Señor no nos tome por sorpresa, no dejemos de orar y de aprovechar cada instante para santificarnos siempre.

Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!

No se inquieten entonces, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?».

Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. (Mt 6, 30-32)

De todo corazón deseo que nadie más sea contagiado por este letal virus, oremos al buen Dios, para que pronto envíe una cura a este terrible virus, y oremos por todos nuestros hermanos que han fallecido debido a este terrible mal, y por todos aquellos, que se encuentran en cuarentena, dentro de sus propios domicilios o en hospitales o peor aun todos aquellos que están llevando esta fuerte enfermedad solos.

Te lo pedimos Señor por el inmaculado corazón de tu dulce y Santa Madre Maria de Guadalupe. Amen.